En este espacio sagrado, tu experiencia importa. Cada sesión está cuidadosamente adaptada para honrar tus límites, respetar tu autonomía y cultivar una relación compasiva con tu cuerpo.
No es solo yoga. Es un viaje de reconexión, donde cada respiración, cada movimiento, es una oportunidad para habitar tu cuerpo con presencia y amabilidad.
Trabajamos juntas, a tu ritmo, creando un refugio donde explorar el movimiento sin juicio ni expectativas. Aquí, tu voz siempre tiene poder y tus necesidades son la prioridad.
El cuerpo guarda la memoria del trauma, pero también contiene la sabiduría para sanar.
Clases particulares
Estas clases son para ti, si has sentido:
Dificultad para sentirse seguras en su propio cuerpo
Reactivación traumática en ambientes desconocidos
Dificultad para establecer límites personales.
Patrones crónicos de hipervigilancia o ansiedad.
Sentimiento de “no pertenecer” en clases tradicionales de yoga.
Dificultad para mantener prácticas de autocuidado
Relación conflictiva con tu imagen corporal o experiencias de disociación.
"Gracias a las clases con Luisa aprendí que el poder de sanar es propio, interno y hay que aprender a escuchar esa voz como parte de un proceso." Gabriela Ortiz, abogada.
"En estas clases aprendí a tomar tiempo, escuchar mi cuerpo, actuar desde la calma" Rosalba, maestra de yoga.
Aprendí a poner mayor atención a las necesidades de mi cuerpo y aumentar los momentos de conciencia sobre este y mi respiración." Susana Muñiz,